El año de las poetisas: julio

Alejandra Basualto

Fecha

Domingo, 1 de julio de 2018.

Nos hemos propuesto, como meta para este año, promover y amplificar la voz de doce poetisas chilenas. Ellas tienen algo importante que decir en relación a temas transcendentales de la sociedad en la que vivimos.

ALEJANDRA BASUALTO, Rancagua 1944

Poeta y narradora. Licenciada en Literatura y egresada de Doctorado en Literatura Latinoamericana.

Algunas de sus publicaciones en poesía son: Los ecos del sol, El agua que me cerca, Las malamadas, Altovalsol, Casa de Citas y Cuchillos entre otras. También ha escrito libros de cuentos con títulos como: La mujer de yeso, Territorio Exclusivo y Desacato al bolero, y la novela Invisible, viendo caer la nieve.  Parte de estas obras han sido traducidas al inglés, francés, italiano, danés, mapudungún, rumano, búlgaro (cirílico)  y bengalí. Dirige el taller literario y la Editorial La Trastienda desde 1988.

 

¿Con qué color relacionaría su mes? En este caso julio

Julio es para mí el centro del invierno y como tal, su color es el de la lluvia, indefinible, transparente, gris, que invita a guardarse y recogerse con buenos libros a mano, un café y “La ofrenda musical” de Juan Sebastián Bach.

¿Qué sentimiento le sugiere la cultura?

La cultura es la expresión del modo de ser de una sociedad o pueblo y, como tal, entiendo que mi ser mujer, chilena, escritora tiene que ver con la cultura que me habita y dentro de la cual desarrollo mis actividades y trato de enaltecerla.

¿Y la educación?

La educación es mi preocupación permanente. Sin ella no podemos avanzar. Educar es estimular a las nuevas generaciones entregando no sólo conocimientos sino herramientas para desarrollarse como seres humanos integrales dentro de la sociedad en la que viven. Para ello es imprescindible también la motivación para el desarrollo de las artes.

 Empezar a escribir un poema es como plantar una semilla, pones el lápiz en el papel y todo comienza a brotar. ¿es así? Por tanto, ¿con qué tipo de planta, árbol o flor relacionaría su poema publicado?

Escribir un poema es para mí todavía un misterio. Todo comienza con una “piedrecita en el zapato”, una latencia, algún verso leído que me parece extraordinario, un sueño, una primera línea que se me aparece al despertar… Entonces, no podría relacionar un poema publicado con una planta en particular.

Se considera una mujer de ¿fuego, tierra, agua, aire o algún otro elemento?

Como sagitariana, soy mujer de fuego, si hemos de prestar atención a la astrología.

 Conecte las artes con un olor, y explique el porqué de esa conexión.

Se dice que la patria de los poetas es la infancia, de ahí que mis arraigos vienen del olor a pasto recién cortado y al aroma del eucalipto quemándose en un horno de barro, en los campos del valle de Elqui.

¿Qué significa ser mujer para una poetisa chilena?

Ser mujer poeta en el Chile de hoy me hace responsable de –a estas alturas- de ir entregando la posta a otras poetas más nuevas, y demostrarles que es posible conjugar la poesía con todos los roles asignados a las mujeres sin renunciar a ninguno.

¿A quién dedicó su primer escrito?

Mi primer libro “Los ecos del sol” fue un libro dedicado al amor, a quien me motivó a publicarlo y me acompañó  por casi cincuenta años.

Si tuviera que referirse a usted como un animal, ¿cuál escogería?

Un gato, por supuesto.

Relate unas breves líneas, improvisadas, dedicadas a este centro cultural.

¡Agradecimiento! Desde que se fundó este Instituto Cultural, he estado de algún modo ligada a él. La primera vez, como presentadora de los escritores españoles que nos visitaron en 1993. Más adelante, obtuve un premio en narrativa, con el auspicio del CCE. Después, he participado en lecturas, presentaciones de libros, talleres literarios, y este año en el Encuentro de Literatura y Ciencia, en el mes de mayo.

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