Fecha
1 de diciembre de 2018
Nos hemos propuesto, como meta para este año, promover y amplificar la voz de doce poetisas chilenas. Ellas tienen algo importante que decir en relación a temas transcendentales de la sociedad en la que vivimos.
MALÚ URRIOLA (Santiago, 1967)
Es autora de los libros de poesía: Piedras rodantes (1988), Dame tu sucio amor (1994), Hija de perra (1998) reeditado en 2009 en Venezuela, 2010 Argentina y 2017 en México), Nada (2003) Bracea (2007), La Luz que me ciega, en coautoría con la fotógrafa Paz Errázuriz (2010), Las Estrellas de Chile para ti (Antología, 2015), Cadáver Exquisito (2017)
En el año 2002 realiza el proyecto poético de intervención urbana Poesía es +: Lectura de poesía desde globos aerostáticos. En el año 2009 recibe la Beca John Simon Guggenheim. En el 2013 es invitada por la Universidad de Harvard al Seminario A Latin American Poetry Lab at Harvard | Woodberry Poetry Room, a leer su poesía traducida al inglés por la critica literaria y traductora Anna Denny. En el 2015, La Luz que me ciega, trabajo multimedial de fotografía, video y poesía, realizado junto a la fotógrafa Paz Errázuriz es expuesto en la Bienal de Venecia. En el 2018, es invitada por las Universidades de Princeton, Georgetown, Washington, Maryland y The King Juan Carlos I of Spain Center New en York, a dar conferencias y a leer su poesía.
¿Con qué color relacionaría su mes? En este caso diciembre
El arcoíris, obvio. Todo está florecido y las tardes huelen a jazmines y a esas gentes que cuando hablan, despiden perfumes.
¿Qué sentimiento le sugiere la cultura?
Sin cultura la humanidad solo sería bestialidad. La cultura, el arte y el saber refinan el pensamiento y el alma. Al leer, al querer saber ya no respondemos repetitivamente los patrones de violencia que entretejen la historia de nuestra humanidad. Cuando se piensa, se está eligiendo conscientemente no repetir esos patrones a lo Pávlot. Cuando se piensa, la animalidad feroz que todos llevamos dentro, ya no es la que guía nuestros pasos.
¿Y la educación?
Debiera ser un derecho humano gratuito. No un bien de consumo. Cada niño y niña del mundo debiera poder acceder a ella. Es la única manera de construir un mundo más humano. El saber es lo único que nos puede salvar de la bestialidad.
Empezar a escribir un poema es como plantar una semilla, pones el lápiz en el papel y todo comienza a brotar. ¿es así? Por tanto, ¿con qué tipo de planta, árbol o flor relacionaría su poema publicado?
Cada libro que se escapa de mi es un mundo distinto. Yo trabajo mis libros menos inocentemente. Es cierto que en algún momento cuaja la síntesis de muchas cosas que una va leyendo y pensando y de pronto uno ve emanar al poema. Pero ese mundo hay que construirlo. Y ese trabajo es el que más placer me provoca. “Si fuera una planta sería unas flor aérea, invisible, imperceptible a la luz”
Se considera una mujer de ¿fuego, tierra, agua, aire o algún otro elemento?
Me considero una mujer feminista, que cree que un mundo más justo, humano y vivible lo merecemos todos. Pero estamos en los tiempos de “Gigantes Egoístas”.
Conecte las artes con un olor, y explique el porqué de esa conexión.
La música la conecto con el olor de la lluvia. Me pasa eso, sobretodo con Arvo Part. La poesía con el olor de los trenes. Las artes plásticas huelen siempre bien: trementina, acrílicos. Esos olores siempre me han cautivado. El buen teatro y la buena danza me recuerda el olor del río cuando agita sus aguas.
¿Qué significa ser mujer para una poetisa chilena?
Alguien -no recuerdo ahora su nombre- dijo que la palabra poetiza sonaba parecida a petiza. Le encontré toda la razón. La poesía se construye también con sonoridad y esa palabra me provoca un chirrido como de ventana vieja. Luego, Lorca dijo que “se nace poeta como se nace ciego o cojo”. Ya ver cómo se organiza la sociedad en torno a los antivalores humanos es duro, verla siendo mujer y latinoamericana es aún más desalentador. Pero la poesía contiene esa luz capaz de ver lo bello en medio del horror.
¿A quién dedicó su primer escrito?
A las y los poetas jóvenes de mi generación.
Si tuviera que referirse a usted como un animal, ¿cuál escogería?
Soy una cabra. Amo las montañas, las estrellas y la soledad. También – a veces- al rebaño.
Relate unas breves líneas, improvisadas, dedicadas a este centro cultural
El Centro Cultural de España siempre ha abierto sus puertas a las escritoras chilenas. Muchas escritoras importantes de nuestras letras, han lanzado sus libros en él y por esa razón es un reducto cultural muy importante para el mapa citadino cultural, que se agradece.