Fecha
2 de enero de 2019
Nos hemos propuesto, como meta para este año, promover y amplificar la voz de doce poetisas chilenas. Ellas tienen algo importante que decir en relación a temas transcendentales de la sociedad en la que vivimos.
MIRKA ARRIAGADA, Antofagasta 1964
Mirka Arriagada Vladilo Poeta, psiquiatra y documentalista, nacida en Antofagasta, en 1964. Estudió medicina en la Universidad de Chile en la década de 1980, donde desempeñó el rol de coordinadora cultural. En 1987 funda junto a otros poetas el colectivo de poesía Lilith que concluye su trabajo en 1990 con el “Primer encuentro de Poetas jóvenes Chileno- Argentino en Democracia”. Participa en los talleres literarios de Cecilia Casanova y de Manuel Silva-Acevedo. En 1991 organiza junto a los poetas Juan Pablo del Río y Naín Nómez “El Primer Homenaje de la ciudad de Santiago al poeta Pablo de Rokha”. Participa en los encuentros de Literaturas Emergentes. Textos suyos aparecen en varias antologías. Ha participado en diversos encuentros y lecturas poéticas. Libros publicados: “Lamentaciones, gemidos y ayes” (Poesía, Editorial Las Dos Fridas, de 1998), “Autobiogeografía” (Poesía, autoedición, de 2002), y “Cuando el amor se echó a morir como un perro” (Poesía, en Mago Editores, de 2014).
La mayor parte de su obra permanece inédita.
Fundadora del Comando eXcultura.
1-. ¿Con qué color relacionaría su mes? En este caso enero.
Con el color morado y todas sus tonalidades. El morado en toda su combinación en la polaridad de los contrarios Azul y Rojo, y su gradiente, que me fascinan, desde el lila, violeta, púrpura, bermellón, hasta el índigo. En parte porque amo los Jacarandá y en enero sus flores moradas están desapareciendo. Entonces si extraño una flor por su color y siento nostalgia, seguramente se trata de un color amado. Es sabido, que representa hace años el color del feminismo y hay referencias históricas de que el incendio que calcinó a las mujeres en la fábrica textil, expelía un humo de color morado, puede que eso sea sólo poesía o una triste metáfora, pero así lo creo. Porque además el morado es un color esotérico relacionado a: la magia, lo espiritual, la sanación. Nos muestra la tensión de la polaridad femenino/masculino. Además me gustan las amatistas, piedras preciosas de la variedad de los cuarzos que permiten el equilibrio mental.
2-. ¿Qué sentimiento le sugiere la cultura?
Sentimientos contradictorios, esa mezcla extraña entre amor y odio. En su concepto más idealizado considero la cultura como un derecho humano fundamental, por tanto, me preocupa verla tan vulnerada como todos los derechos humanos. Negar acceso a la cultura, usar la cultura como herramienta de supremacía, tomar la cultura como si fuera una la única y verdadera, y no esa infinita y enriquecedora gama de la diversidad. Todo esto me ha llevado a funcionar un tiempo en la antípoda, que permite la expresión de lo contracultural y, últimamente, he extremado mi postura fundando una entelequia llamada “Comando eXcultura”, que se moviliza según el patrón del outsider, una mezcla de desencanto y esperanza, algo tan absurdo como estar situado entre la nada y la cosa ninguna.
3-. ¿Y la educación?
Universal, pública, gratuita y de calidad. Me parece tan obvio que así debiera ser la educación y al mismo tiempo ver tantos esfuerzos concentrados en convencernos de que esto es utópico e irrealizable, me produce indignación.
4-. Se considera una mujer de ¿fuego, tierra, agua, aire o algún otro elemento?
Otro elemento. El Quinto Elemento. Curiosamente así se llama mi primer libro, que permanece inédito desde hace 30 años. Si fuera por elegir elemento astrológico tengo entendido que soy de fuego, la pertenencia astrológica a un elemento la considero directamente relacionada a las formas de desaparecer que uno considera aceptable o inaceptable, por ejemplo: si soy de fuego, me parece inaceptable que me entierren, ahogarme o caer desde las alturas, morir asfixiada, ahorcada. Podría aceptar la cremación y la hoguera, y así creo que sucede con las distintas pertenencias elementales. Cada uno sabe íntimamente cuál es su mayor terror o cuál es su resignación. De todos modos, entiendo que este sea un planteamiento macabro y finalmente, por eso escojo El Quinto Elemento que para mí representa a la humanidad, lo bueno y lo malo de ella, me siento un elemento humano, demasiado humano.
5-. ¿Qué significa ser mujer para una poetisa chilena?
La mayoría de las mujeres chilenas que escribimos poesía, nos consideramos poetas y no poetisas. Eso ya demuestra que tenemos que deconstruir desde el lenguaje, incluso, y en la vida diaria, espacios que han sido atávicamente dominados por lo masculino, aquí entramos en un terreno más político que poético ¿Acaso lo poético no es político? Este esfuerzo de deconstrucción hecho por las mujeres no será en vano. Veo en el panorama de la poesía chilena actual un estado sobresaliente en la escritura de mujeres, y cómo no, si ya mucho antes estaban Gabriela Mistral y Violeta Parra. Es acumular poder, poesía y fuerza. Las poetas chilenas de distintos lugares y edades están tomándose el escenario de muy buena manera. No tiene que ver con que somos unas aparecidas en el momento, como una moda, tiene que ver con una consistencia histórica que se va haciendo presente en una especie de actualización, como si chile se estuviese reseteando y entonces se logra ver en ese escenario a todas las poetas, vivas y muertas, con sus trayectorias, diásporas, genialidades y estilos. Una puesta en escena que a mí me maravilla.
6-. ¿A quién dedicó su primer escrito?
Fue un juego a mis 5 años intentando emular a mis hermanos mayores que por ese entonces estudiaban para una clase de filosofía y discutían el “ser o no ser”. Hice un texto breve y corrí a entregárselo a mi madre. Doy por hecho que se lo dediqué a ella, porque de ella recibí este habitar el lenguaje poético desde que nací.
7-. Si tuviera que referirse a usted como un animal, ¿cuál escogería?
Escojo el dragón, que es mi signo en el horóscopo chino y me acomoda mucho por lo que ya dije del fuego, porque al ser un animal mítico no está en riesgo de extinción, no queda claro si existió ni cuáles fueron sus costumbres y porque me he enterado que los dragones no tienen reencarnación, eso creo de mí, que viviré todas mis vidas en esta vida.