Artivistas 2017

Fecha

14 de septiembre de 2017

En un entorno en el que la educación artística aun pasa desapercibida, es de agradecer que se realicen eventos como “Artivistas”, organizado por BAJ (Balmaceda Arte Joven) el pasado mes de agosto. Tuve el placer de asistir a este encuentro, donde profesionales tanto locales como internacionales, pudieron reflexionar e intercambiar sus ideas acerca del arte, y el impacto que puede tener en la sociedad y sobretodo en el público más joven.

Aunque algunos más interesantes que otros, todos los invitados expresaron su opinión, y fueron conscientes de que es necesario generar un impacto en la sociedad en cuanto a arte se refiere, tanto en el pueblo, como en las propias instituciones. Me dio la impresión de que a pesar de proceder de países e incluso continentes diferentes, todos coincidían en que había una pequeña laguna en relación al arte en la educación.

Me resultó especialmente interesante la ponencia de Mirentxu Anaya, de Educación 2020. En su charla “La creatividad como herramienta de transformación educativa”, habló de los pequeños cambios que se están dando en los colegios chilenos en torno al arte, y todo el camino que aún queda por recorrer. El mejor ejemplo para apreciar esto fue uno de los vídeos que usó durante su presentación, el cual se titula “Educación 2020 – ¿Cómo aprendes?” y se puede encontrar en Youtube. En él aparecen varios niños, jóvenes y personas adultas, contando cómo había sido, o era actualmente, el método de enseñanza en su colegio. Es curioso ver cómo a pesar de los años, el sistema académico es aún muy similar.

También habló de las propuestas que se están llevando a cabo a día de hoy, como el ABP (Aprendizaje por proyectos). En este caso yo estaba familiarizada con esta metodología, ya que en San Sebastián, mi ciudad natal, son varios los colegios que hace años sustituyeron el modelo de asignaturas troncales por una educación en la que el arte está a la orden del día, y se combinan varias asignaturas, para que esa educación sea más completa, y los niños así entiendan que la vida no está separada por parcelas, sino que es transversal. De todas formas, todavía son muchos los colegios que se contentan con que sus alumnos aprueben, y no se dan cuenta de que, para dejar una huella en esos alumnos, primero deben cambiar sus propios métodos.

Respecto al público que asistió a la actividad, fue en general un público bastante joven, y aunque había mucha variedad, una gran mayoría eran artistas o pertenecían al sector cultural. Además, algunos de los ponentes invitados habían sido alumnos de BAJ, y contaron que por ese motivo el arte les había acompañado a lo largo de su vida, y ahora se manifestaba de todas las formas posibles en sus profesiones. Sin duda alguna, su educación artística fuera de las aulas había tenido un gran impacto en su vida futura.

En cuanto al propio evento, si bien es cierto que las instalaciones eran correctas y organización fue excelente, incluido servicio técnico (luces, sonido etc), eché en falta un poco de flexibilidad en el tiempo de las ponencias. Tuve la sensación de que alguna de las charlas, como es el caso de Leire San Martin, invitada ACERCA, que presento el trabajo que desarrolla en Tabakalera Donosti,  hubiera sido más provechosa si se le hubiera dado algo más de tiempo para explicar su proyecto. En este caso, su proyecto llamado “Harrotu Ileak” (“desmelénate” en español), fomenta que los jóvenes asuman el entorno como suyo, y decidan de alguna manera cómo quieren usarlo. Por supuesto, entiendo que todas las actividades tienen un ritmo y unos tiempos que hay que seguir, pero en este caso me quedé con ganas de saber más. Me ocurrió justo lo contrario con el discurso de Nick Owen, quien habló del impacto que tienen las artes y la cultura entre las comunidades inmigrantes en el Reino Unido. Encontré esta charla demasiado teórica, y en mi opinión no existía una conexión entre su discurso y los demás ponentes.

Este tipo de encuentros resulta muy interesante sobre todo para los propios invitados, ya que al pasar tiempo juntos “fuera de cámaras” pueden charlar, e incluso crear lazos. Quién sabe qué oportunidades pueden salir a partir de los diferentes contactos en el futuro.

Durante el evento también hubo tiempo para homenajear la profesora y cineasta Alicia Vega, quien a sus 86 años recibió gustosamente un premio dedicado a toda su carrera. Un gesto realmente precioso, tanto por parte de la organización, como por parte de uno de los asistentes al evento, quien sin haberlo preparado, dio un discurso donde fue realmente difícil no derramar ni una lágrima.

La conclusión que saco de este encuentro es que el cambio que se necesita está claro, y es algo que los profesionales de centros culturales y artistas saben y conocen. Ahora es el turno de hacérselo saber a los profesores, educadores y altos cargos, quienes serán finalmente los encargados de transmitir este cambio en el modelo educacional tanto a padres como a alumnos. Es necesario enseñar que el arte y la educación van de la mano.

Sería interesante que para futuras ocasiones, también estas instituciones compartan su punto de vista, para poder conocer ambas versiones. Hay que concienciar a la sociedad que el arte puede manifestarse de muchas formas diferentes, y al final todos los conocimientos que adquirimos durante nuestra educación pueden conectarse y son la base de lo que vamos a ser en el futuro.