Esta obra, que se presentó en Chile con gran éxito en el teatro de Matucana 100 en 2022, viaja ahora a España para mostrar al público español una reflexión coreográfica sobre las condiciones sistémicas y los motivos individuales de las relaciones violentas entre un Estado y sus ciudadanos.
Marco Layera reflexiona en esta obra sobre la naturaleza de la violencia ejercida en el estallido social de octubre del 2019. La obra se genera a partir de la conmoción que causó en el director este hito, destacando el impacto que le ocasionó la fuerza performática de lo que pasaba en la calle y anhelando recuperar, a través del teatro, esa fuerza catártica que se vivió en la calle.
Ocho cuerpos se mueven por el escenario en misteriosas sacudidas. Marchan, entrenan y celebran, pero no está claro si sus movimientos hablan del sufrimiento o de la alegría, del orgullo o del miedo. Juntos forman un cuerpo de seguridad, un organismo mecánico y convulso compuesto por cuerpos estrictamente disciplinados. Educados para perpetrar la violencia contra sí mismos y contra los demás, lo que se inscribe en sus cuerpos impregna todos los niveles de su ser y vivir. ¡Mantener el orden!, es el imperativo. En un espacio museístico abstracto, fuerzas de seguridad, sus víctimas y figuras fantásticas del terror se reúnen en un ritual de confesión, expiación y denuncia.
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Director teatral, docente y dramaturgo, nace el año 1977 en Santiago, Chile, estudió Derecho en la Universidad de Chile donde se especializó en Criminología. Su formación teatral la realizó en El Teatro Escuela La Matriz. En el año 2008 funda la compañía La Resentida de la cual es director artístico y con la que ha llevado a escena: Simulacro, Tratando de hacer una obra que cambie el mundo, La Imaginación del Futuro, La Dictadura de lo Cool, Paisajes para no colorear, El Oasis de la Impunidad y El otro día me topé con Hamlet en el barrio Meiggs.
Su trabajo se ha presentado en 30 países y en más de cien escenarios internacionales, entre los cuales están los más prestigiosos del mundo. En sus propuestas asume como un deber la desfachatez, la desacralización de tabúes y la reflexión desde la provocación, otorgándole a la creación teatral una gran responsabilidad política, entendiéndola como un instrumento de crítica, reflexión y construcción. Ha dirigido procesos de investigación escénica con diferentes comunidades enmarcados en los proyectos Laboratorios Autorales y Elencos Ciudadanos. También se ha desempeñado como docente en diversas escuelas de teatro y ha dictado workshops internacionales en diversos países.
Centro Dramático Nacional