La séptima edición de El Día de las Escritoras se adentra en un tema tan complejo y heterodoxo como la guerra desde el punto de vista de las mujeres. Una selección de textos que, en gallego, euskera, catalán y en muchos de los acentos del castellano de Latinoamérica y España escribieron un puñado de mujeres que, a día de hoy, nadie podrá dudar forman parte de algo tan extenso como la cultura en español, por más que, desafortunadamente, muchas de ellas casi ni son conocidas más allá de sus fronteras.
La mayoría de esas mujeres vivieron, de un modo u otro, la experiencia nefasta de distintas guerras -en el más amplio de sus sentidos- y sus secuelas y han dejado de un modo u otro su testimonio por escrito. Mujeres que, desde distintas disciplinas nos han transmitido su visión, a pesar de que alguna de ellas nunca haya publicado un libro: plumas de lo cotidiano, plumas desde el frente, plumas en la desesperación del exilio, plumas desde el cuidado de los hijos, plumas en la prensa, plumas políticas, y plumas medioambientales… plumas, al fin, que nos hablan de tú a tú de lo vivido sin necesitar florituras y que podemos sentir como si nos hablaran nuestras madres, nuestras abuelas o nuestras amigas. Mujeres, al fin, que han vivido o sufrido la guerra.
En definitiva, una selección de textos en la que no solo hay un sinfín de profesiones representadas, sino también una selección donde podremos ver a las mujeres en distintas facetas organizándose, luchando, exiliándose, guardando silencio, perdonando, formando parte del conflicto armado…
Y aunque es cierto que en España tenemos todavía la sombra de la guerra civil. Una guerra fratricida que un señor bajito de voz atiplada decidió iniciar impidiendo que los avances democráticos y modernizadores, sin olvidar que igualitarios, que empezaba a sembrar la Segunda República Española llegaran a buen puerto. No quería ceñirme a un solo conflicto, ni a un solo país, porque el Día de las Escritoras quiere hablar en muchos de los acentos del español, y en todos los países de habla hispana las mujeres han mostrado el dolor, la tristeza, la rabia, la vergüenza, la indignación… frente a las guerras.
Porque, como no podía ser de otro modo, muchos han sido los conflictos bélicos en el ámbito hispano en los que nuestras protagonistas de hoy han participado. Es más, la suerte quiere, o para ser más exacta, la variedad de plumas y, por desgracia, de conflictos con los que contamos, que ampliemos el lugar desde el que nos hablan.
Como digo, alejémonos de los terrenos peninsulares, porque, como imaginan, guerras ha habido y muchas, en: El Salvador, Colombia, México, Argentina, Uruguay, Chile, Guatemala, Cuba, Venezuela, República Dominicana… Conflictos bélicos, largas dictaduras tan presentes en sus países de origen, y con tanta necesidad de ser recordados para evitar una repetición, como lo ha sido nuestra Guerra Civil.
Me dispuse entonces a localizar mujeres que, de un modo otro, reflejaron las “guerras” en sus países de origen para tratar de dar en este día una representación, tan amplia como merecida, de lo sucedido.
Así, junto a plumas de nuestra literatura peninsular, como Concepción Arenal, Emilia Pardo Bazán, Carmen Martín Gaite, o Almudena Grandes, nos acompañarán la hondureña Berta Cáceres, la mexicana Rosario Castellano, la guatemalteca Alaíde Foppa, la chilena Ángela Jeria, o la argentina María Eugenia Walsh, entre otras.
Sí, lo sé, aunque son muchas las mujeres que nos acompañan, también son muchas las que faltan. Este recorrido, no agota, como podéis imaginar, el inmenso catálogo de las mujeres que han contribuido a su difusión.
Tendrá que haber, me temo, otros días de las escritoras en los que hablemos de aquellas que no han hablado hoy.
Pero recordar ayuda a no repetir, y espero que todas ellas nos ayuden a tenerlo presente. Porque, en palabras de Juana Doña “las mujeres no han sido un “grano de arena” en la lucha de resistencia, sino, muy al contrario, sin la participación abnegada de miles de mujeres en todos los frentes, desde la pasividad silenciosa traducida en el “descanso del guerrero” hasta la guerrilla, pasando por la participación activa de la lucha clandestina, hoy no se habría conquistado este derecho de presentarnos con nuestros nombres”.
Disfrutemos pues de los textos y del feminismo no verbalizado en muchos casos, pero vivido por todas ellas, porque, cada una a su modo, y cada una en su mundo, luchó para que el día de mañana tuviéramos un mundo más justo e igualitario. Ojalá lo consigamos algún día.
Carmen Domingo, comisaria de la VII Edición del Día de las Escritoras 2022