En Chile existen esfuerzos por dar espacios a la Educación Artística. Pese a que aún son incipientes, es importante destacar cualquier avance que exista en la materia, con el objetivo de fomentarla en la educación formal.
Según se establece en el texto Propuestas para la Educación Artística, Orientaciones de Política Pública, elaborado en 2022 por la UNESCO luego del Foro Nacional de Educación Artística, “las medidas centradas en la educación artística priorizaban su integración en el sistema educativo formal con especial atención a los contenidos mínimos de las escuelas y la acreditación en educación general y superior; la formación de talentos artísticos de los establecimientos que forman parte tanto de la educación general como la especializada; y el desarrollo de públicos para garantizar el derecho al acceso y la difusión de la cultura y las artes”.
En esa misma línea, expresa que en 2005 se “revaloriza la enseñanza del arte como forma primordial de promoción de los valores humanistas, del respeto a la dignidad humana en sus más altas expresiones y de una ciudadanía acorde con los valores de la individualidad”.
Pero es con el Plan Nacional de Artes en la Educación 2015-2018 que se establece una carta de navegación en cuanto a la Educación Artística. Pese a que se declaraban objetivos básicos y sencillos, se inyectaron recursos, específicamente $8.900 millones en su primer año, para poder desarrollarlos.
Su énfasis estaba especialmente centrado en el desarrollo de la Educación Artística en el sistema educacional, reconociendo que el arte es vital en la formación integral de los estudiantes. Su premisa era: “la educación artística debe desempeñar una función importante en la transformación constructiva de los sistemas educativos, que se esfuerzan por satisfacer las necesidades de los estudiantes en un mundo que se transforma con rapidez”, que era lo que planteaba la UNESCO en ese entonces.
A ello se suma un esfuerzo que hace el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en 2014, cuando en una experiencia piloto nacida en Talca, Región del Maule, varias instituciones se reunieron con el ánimo de llevar su oferta cultural a las escuelas.
Eso marca el inicio de las Mesas de Educación Artística que luego se extendieron al resto del país. El objetivo era ofrecer actividades a los colegios, que con el tiempo fue cambiando para hoy generar espacios de trabajo colaborativo entre instituciones gubernamentales y privadas, todas sin fines de lucro.
Estas mesas funcionan de forma diferente en cada región, pues, si bien es cierto el nivel central entrega ciertos lineamientos, el trabajo se desarrolla con instituciones diversas que representan la esencia de cada territorio.
En la actualidad, se trabaja la Política de Educación Artística a través de un proceso participativo en el que los diferentes actores pueden alzar la voz. Es de esperar que se incluyan las demandas diversas y se aúnen criterios de cada uno de los actores con la finalidad de seguir avanzando y creciendo.
Como se ha comentado al inicio de este texto, existen esfuerzos y falta camino por recorrer. Muchas veces las normativas no dialogan con nuevas propuestas como, por ejemplo, reducir las horas de artes en los colegios o que los y las estudiantes deban elegir entre música y artes en Enseñanza Media.
Por ello es importante definir cómo se abordará la educación artística, sobre todo luego de una pandemia que permitió hacer las clases virtuales más amables con el uso de recursos artísticos. En el foro de la UNESCO se identifican dos líneas: una tiene relación con aprender las artes, cuyo objetivo principal es desarrollar el aprendizaje en las artes como disciplina y mejorar su sensibilidad artística. La segunda es aprender a través de las artes y tiene como fin utilizarlas e integrarlas en varios dominios para mejorar el aprendizaje.
Es esta opción la que permite generar en los estudiantes esos anhelados aprendizajes significativos, porque evitan perpetuar esa visión elitista del arte y logran integrarlo en la cotidianeidad de los estudiantes como algo inherente a ellos y presente en sus contextos.
En esa línea, el trabajo de la artista visual Francisca Burgos, quien trabaja en Escuelas Rurales de la Región del Maule, es una luz en el camino. Ella logra integrar el arte en las aulas tomando como punto de partida el entorno inmediato de los chicos y, a partir de ello, establecer las relaciones del arte con la naturaleza, entre otras cosas.
Ojo con las Artes: “Observatorio de Paisajes», con Francisca Burgos, artista visual
Es eso lo que logra motivar a los estudiantes, entendiendo que el arte no es ajeno a sus contextos, sino que es parte de ellos. Con un desborde de creatividad y dedicación, establece conexiones desde las necesidades de ellos mismos y logra desarrollar sus potencialidades.
En los anexos encontrarán tres videos, cada uno de aproximadamente 20 minutos, en los que podrán conocer su trabajo en un entorno rural y, de su mano, aprender de una forma creativa y entretenida.
También es importante profundizar en los recursos disponibles para la realización de proyectos de Educación Artística. Muchas veces no se conocen, pero existen instancias para que las instituciones de educación puedan financiar sus propuestas.
Lo interesante es que permiten financiar, total o parcialmente, “proyectos que contribuyan al fortalecimiento de procesos de formación artística y programas de educación en artes, de niños, niñas y jóvenes en edad escolar, impartidos por instituciones educativas y culturales, a través de programas de educación formal y no formal”.
Estos fondos se abren a mediados de junio de cada año y la convocatoria finaliza la segunda quincena de julio.
Escuchar el podcast: Transferibles Artes en acción, capítulo 1
Este artículo forma parte del Podcast Transferibles Artes en acción un proyecto del programa de Educación Artística del CCESantiago que tiene como objetivo divulgar proyectos, buenas prácticas y metodologías innovadoras en el ámbito de la educación artística de Chile y España.