Carta Emilio Terán a Jara Blanco

Fecha

Del 7 al 13 de junio de 2021.

Santiago, mayo de 2020

 

¡Hola, Jara querida!

¿Cómo estás? ¿Cómo van con la investigación con AMECUM? Espero que bien, a pesar de las complicaciones e incertidumbres que nos han traído estos años. He visto que con AMECUM han estado haciendo un ciclo de autoformaciones. ¿Han tenido una buena respuesta?

Por mi parte, a nivel personal y familiar, te cuento que este año se nos ha presentado de mejor forma que el anterior. Mi pareja y yo estamos con trabajo, y nuestra hija está creciendo fuerte y sana, a muy poco de cumplir sus primeros 2 años. El año pasado fue bastante duro; veníamos de toda la convulsión que se generó a partir del 18 de octubre de 2019, lo que acá se le ha llamado el “estallido social”, que evidenció un malestar que se venía incubando, en buena parte de la sociedad, desde hace un buen rato y que implicó una redefinición de nuestro hacer, del sentido que le damos a nuestro trabajo, además de toda la incertidumbre que implica la crisis social y política que se generó a partir de allí. Cuando entramos en 2020 se sumó el tema de la pandemia, las cuarentenas y la imposibilidad de desarrollar nuestro trabajo en las condiciones habituales. Todo esto atravesado con nuestra mapaternidad, una experiencia tan hermosa como agotadora. Creo que nunca me había sentido tan exigido, ni por trabajo, ni por estudios, pero creo que ver a mi hija desplegarse día a día lo compensa todo. En resumen, del 2020, si bien fue un año complejo, no nos podemos quejar porque nunca nos faltó nada; también nos dejó bastantes aprendizajes y una sensación cálida por los afectos que se desplegaron a nuestro alrededor, de familiares, amigues y de muchas personas que, sin ser tan cercanas, mostraron su preocupación y cariño por nosotres.

Me encantó conocer el trabajo de Todo por la Praxis; siento que tenemos bastantes elementos en común, en términos de enfoque principalmente: el trabajo colaborativo, horizontal y transdisciplinario, la búsqueda de un horizonte de transformación social, y el uso del arte con un sentido ético y político. Igualmente, creo que nos llevan la delantera en relación al tiempo y a la capacidad que han tenido para sostener procesos a más largo plazo; algo que para nosotres, en la Red Mediación Artística, ha sido complejo en la medida de que dependemos de fondos o licitaciones que nunca sobrepasan el año de duración. Hemos avanzado, sin duda, en el último tiempo. El año pasado, aprovechando la baja actividad que produjo el encierro, nos reunimos buena parte de la organización y desarrollamos algunas iniciativas en relación al cómo nos estamos entendiendo como grupo, más allá de los proyectos puntuales que vayamos desarrollando. En esto ha resultado clave sumar a nuevas compañeras dentro de la personalidad jurídica que armamos para sostener el trabajo de la Red, la Asociación para la Mediación Artística y Cultural (ASOMA), ya que se ha ido generando un desgaste en quienes estamos desde el principio, por lo que abrir este espacio nos ha permitido recibir nuevas ideas y energías. Este año, se sumará más gente y se renovará la directiva, lo que creo que nos permitirá continuar y profundizar esta nueva etapa en la que nos encaminamos. Creo que sería interesante reunirnos con vosotras y con TXP, a propósito de esta iniciativa, para compartirnos las experiencias de ser organización; en particular, en este momento histórico.  ¿Les parece?

En relación al barrio donde trabaja TXP, Vallecas, por lo que me cuentan se me hace similar a un barrio, conocido como la “Población de Lo Hermida” (Peñalolén, Santiago), que también tiene el carácter de lucha histórica en torno a la vivienda y de resistencia en los tiempos de dictadura, herida que tristemente se reabrió con la revuelta de octubre de 2019, donde nuevamente hubo una represión brutal a la población civil por parte de agentes del estado. A esta población llegué a través de un proyecto de investigación con la Red el año 2015 y he tenido la suerte de participar de manera personal en diferentes actividades desde entonces, como en la preparación del aniversario, que se levanta año a año de manera completamente autogestionada, de manera de mantener ese sentido de autonomía y resistencia que les es tan preciado a sus habitantes. Estos últimos 2 años, he estado un poco alejado por lo que comentaba anteriormente (paternidad y pandemia), pero hace un mes se dio la oportunidad de armar un proyecto, de la RMA en alianza con un par de organizaciones de este territorio (que espero se concrete), pero, al menos, ya me ha servido para retomar el contacto y los afectos que dejé en pausa. De todas formas, no tengo duda de que seguiré vinculado a este espacio, pues creo que me conecta con un sentido de pertenencia que hoy en día es difícil de encontrar en otros lugares. No por nada Chile, que fue el ejemplo latinoamericano de orden y desarrollo, la cuna de las políticas neoliberales aplicadas al extremo, hoy en día se encuentra en medio de una crisis política, social y cultural, donde las preguntas respecto a la pertenencia y la identidad son tan necesarias.

Otro desafío que tengo este año es el volver a trabajar dentro de una institución. Hace un mes que estoy en Balmaceda Arte Joven (BAJ), que lleva casi 30 años de muy potente labor desarrollando diversas actividades artísticas y culturales con jóvenes de diferentes localidades de Chile. Desde el año 2012, cuando renuncié al último cargo estable que tuve, no había estado trabajando de esta forma. Obviamente, he colaborado con instituciones entre medio, pero siempre desde la autonomía que me brinda la Red, teniendo la oportunidad de ir armando y ejecutando proyectos de diversa índole e ir a bastantes lugares dentro del país. No te mentiré, un elemento importante para aceptar este trabajo tiene que ver con lo económico. Vivir de manera independiente en Chile, ya de por sí, implica condiciones sumamente precarias y, si a eso le sumas las complicaciones que trajo el COVID y una hija pequeña, la verdad es que este trabajo me vino de maravilla. Pero también me parece interesante el desafío que me propone Gloria, la directora de la sede metropolitana donde me desempeño, estando a cargo del trabajo con las comunidades vinculadas a BAJ. Siento que es una oportunidad de aplicar la experiencia que he desarrollado en todo este tiempo y de que, efectivamente, la mediación se entienda como una oportunidad para que las instituciones se dejen afectar por lo que ocurre fuera de ellas, y logren desarrollar y sostener instancias de colaboración con las comunidades que las rodean y con otras instituciones que se entiendan del mismo modo.

Es extraña la sensación. Hoy en día siento que se cruzan muchos planos de transformación a nivel personal y colectivo. Creo que he hecho muchas cosas en mi vida, guiado por una intuición de que algo en el sistema, en nuestro modo de relacionarnos, estaba profundamente desequilibrado, y que, por tanto, debía ser capaz de encontrar ese equilibrio en otro lado. Con el tiempo, esa intuición ha dado paso a la convicción de que no hay otro camino que la transformación radical de nuestras sociedades y de que no queda otra opción que entregarse a este devenir; pero no puedo evitar sentir miedo ante todo lo que se nos abre por delante; es como ese instante antes de saltar a un estanque con agua desde mucha altura. De todas formas, siento la confianza de que no estoy solo en esto: tengo a mi familia, amigues y mucha más gente que, adivino, abraza las mismas convicciones y que, enfrentadas al tiempo que se avecina, tendremos que hacernos fuertes sin dejar de ser sensibles. Para bien o para mal, no volveremos a la misma realidad que dejamos antes de la pandemia.

Espero sinceramente que estés bien, querida. ¡Un abrazo grande a la distancia!

Emilio


Emilio Terán

(1979, Santiago de Chile)

Licenciado en Artes con mención en Artes Plásticas de la Universidad de Chile. Es miembro de la Red Mediación Artística desde 2013, en donde se ha dedicado a la construcción de esta organización con el fin de difundir y promover este quehacer en sus distintos ámbitos de desarrollo. Actualmente trabaja en la formación de profesionales en esta disciplina y en la conformación de áreas de mediación para instituciones culturales que lo precisen.


CoRЯespondencias es un proyecto de mediación cultural, en el que se comparten experiencias de 15 mediadores de España y Chile a través del intercambio epistolar. 

Semanalmente publicaremos una carta hasta el 21 de junio.

Imagen realizada por Simón catalán ilustrando la carta de Aiskoa

Más información:

Imagen Simón Catalan

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