Poco se habla de educación artística, tecnología y nuevos medios, pese a que desde 2020, en el marco de la pandemia causada por el Coronavirus, el uso de herramientas digitales se masificó.
Un dato que puede parecer anecdótico es que en Chile, previo a la pandemia, había 25.700.226 dispositivos móviles operativos, de acuerdo con antecedentes manejados por la Subsecretaría de Telecomunicaciones en 2019, y los habitantes no superaban los 20 millones.
Los niños los utilizan en edades tempranas para ocio, hacer tareas o conectarse a clases. Por ese motivo es importante que haya un control, para que su uso pueda tener un fin positivo.
Pese a que durante dos años las relaciones estuvieron sujetas a interacciones virtuales, los estudiantes no han integrado esta digitalización como herramientas que puedan facilitar su educación.
Al conversar con profesores universitarios de Talca, comentan que cuando han solicitado a los estudiantes utilizar el teléfono móvil para desarrollar videos con la finalidad de presentar una evaluación sobre una materia específica, ellos no han sabido hacerlo y los niveles de frustración han quedado de manifiesto.
De esta manera, si bien la tecnología está presente en la cotidianeidad, su uso no está orientado a verla como una herramienta en contextos educativos.
Pero cuando hablamos de tecnología y nuevos medios, no sólo se desea hacer referencia a un sitio web o una aplicación, sino que, en ese sentido, es bueno explorar cómo otras expresiones permiten desarrollar la educación artística de forma innovadora.
El año pasado, en el marco de la exposición Río de Lluvia de los docentes de la carrera de Licenciatura en Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Chile, en Talca, la obra de serigrafía de María Jesús Schultz se robó la atención de los visitantes, principalmente estudiantes escolares y universitarios, y del público general.
¿Por qué despertó tanto interés? Porque era una obra que se podía tocar, dejando de lado una de las principales barreras a la hora de experimentar una muestra. Pero lo más novedoso no era eso, sino que conducía la electricidad y permitía que cualquier persona pudiese crear sonidos, como si fuese un DJ.
Esta obra, que permitió generar mediaciones con establecimientos educacionales de forma lúdica y utilizando nuevos medios, se trataba de una serigrafía sonora que nació del proyecto SENSIBLE AL CÓDIGO.
Este proyecto de investigación y creación explora la utilización creativa de algoritmos de aprendizaje maquínico y sistemas físicos interactivos como interfaces, que promueven una manera de acceder a otras dimensiones que parecen exceder nuestras posibilidades sensoriales e interpretativas.
Esta iniciativa nace específicamente de lo que nos reúne a humanos y a máquinas: la construcción y la destrucción. Es así como, a través de un cruce de imágenes de rostros de personas con inteligencia artificial, se formaron grupos de patrones que terminaron generando grupos de diseños, que fueron plasmados a través de serigrafía con tintas conductivas, en este caso con grafito.
Mediante la utilización de un circuito, esta obra, al tener contacto con una persona, permitía conducir la electricidad y lograba generar sonidos, entregando una experiencia única a quien la tocaba.
Ellos hicieron una intervención llamada Sitio-Específico Sensible al Código en Festival Espacios Resonantes, en la que pintaron, con esta tinta con grafito, algunos diseños en un espacio al aire libre y luego, con estudiantes universitarios, concretaron una experiencia completamente significativa.Tomados de las manos, tocando la rama de un árbol e, incluso, pisando un charco, pudieron generar conducción de la electricidad y producir sonidos como una gran cadena humana.
Este proyecto tiene un potencial educativo sumamente importante que no es su fin último, pero que llevó a sus creadores a pensar que sería una hermosa experiencia concretarlo en una escuela especial en Santiago.
Encontrar iniciativas que puedan mezclar tecnología, nuevos medios y educación artística no es una tarea sencilla, pues, pese a que las personas sienten que lo digital llegó para quedarse, se utiliza con otros fines que van más allá de la enseñanza.
Imagen de portada:
Exposición “Río de Lluvia”, Galería de Artes del Campus Central en Universidad Autónoma de Chile, en Talca. Obra de María Jesus Schultz (Fuente: Universidad Autónoma de Chile).
Escuchar el podcast: Transferibles Artes en acción, capítulo 2
Este artículo forma parte del Podcast Transferibles Artes en acción un proyecto del programa de Educación Artística del CCESantiago que tiene como objetivo divulgar proyectos, buenas prácticas y metodologías innovadoras en el ámbito de la educación artística de Chile y España.