Este artículo forma parte del Club de Plantas del CCESantiago, un espacio de encuentro y conversación mensual donde nos juntamos desde nuestras casas a compartir saberes e inquietudes en torno al mundo vegetal.
Por: Helena Bricio
Cuando echo la vista atrás y pienso en mi relación con la naturaleza a lo largo de mi vida, recuerdo con mucho cariño una de las actividades que solíamos hacer cuando iba al colegio: el herbario casero de la asignatura de ciencias naturales. Para llevarlo a cabo, salíamos de clase para pasear, observar el entorno y la naturaleza que nos abrazaba. En este camino, recolectábamos las hojas y ramas de los árboles que nos íbamos encontrando para después prensarlas y documentarlas. De esta forma, empezábamos una colección de aquella flora cercana con el objetivo de poder acceder a ella en un futuro y comprobar si sigue como entonces. ¿Has realizado algún herbario a lo largo de tu vida? ¿Crees que aquella flora que te rodeaba en tu infancia ha cambiado en la actualidad? ¿Estará en peligro de extinción o en estado de vulnerabilidad? ¿Se habrá propagado hacia otras zonas del país?
Ejemplo de cómo realizar un herbario
El año pasado tendría que haber volado a Santiago para realizar una beca en Gestión Cultural en el CCESantiago, aunque como podrás imaginarte, una de las consecuencias de la pandemia se reflejó en el cierre de fronteras, por lo que, lamentablemente, todavía no he tenido la oportunidad de visitar Chile. Así pues, esperaba impacientemente la nueva sesión del Club de Plantas del pasado martes 21 de septiembre para sentirme un poco más cerca de la flora nativa del país al que tantísimas ganas tengo de viajar, y dejarme llevar por el intercambio de saberes entre las participantes y Joselin Garda, quien tiene un largo recorrido estudiándola, entendiéndola y cuidándola.
Lo primero que descubrí fue que, a pesar de los kilómetros que separan a Chile y a España, la flora nativa de ambos países responde a un común denominador: el bosque esclerófilo. Éste se da de forma natural en aquellas zonas en las que existe un clima mediterráneo, así que lo podemos encontrar en gran parte de la península ibérica, en la zona central de Chile así como en las laderas de la cordillera de la costa chilena y en los Andes. Este bosque acoge distintas especies endémicas y especies nativas, y esto me hizo preguntarme cuál sería la diferencia entre ambas. Joselin nos explicó que son dependientes la una de la otra. Por un lado, se considera especie nativa a aquellas especies u organismos autóctonos de un país concreto, aunque podamos encontrarlos de forma natural en otro sin que la acción humana influya en este proceso. Es decir, el rango de distribución de estas especies no está acotado a un país o a una región concreta y se pueden dar de forma natural en distintos lugares. Sin embargo, las especies endémicas están consideradas como un subconjunto de las especies nativas. En este caso, estas especies sí que están limitadas a una zona geográfica más reducida y no se dan de manera natural en ninguna otra parte del mundo.
¿Conoces qué propiedades hacen tan especiales a las especies nativas de tu entorno? Nosotras descubrimos durante la sesión que la flora nativa chilena posee unas características únicas en cuanto a su manera de expresarse y comunicarse con la biodiversidad que la atraviesa. Entre algunos ejemplos que analizamos en el conversatorio, descubrimos cómo se comporta el Espino frente a condiciones adversas. Esta especie, a pesar de nutrirse de las aguas de las lluvias y ser resistente a la sequía, cuando se encuentra en una situación desfavorable, se deshace de sus hojas para seguir viviendo. Además, esto lo convierte en una especie caduca facultativa, es decir, una especie que, a pesar de ser siempreverde, en estas ocasiones se comporta como caduca. Otro ejemplo que vimos que responde también a esta característica es el Chilco, el cual solamente se comporta como siempreverde en la zona magallánica. Sin embargo, como las temperaturas en la zona central chilena (5ª Región y Metropolitana) son tan extremadamente elevadas en verano, el Chilco se desprende de sus hojas para conservar así su hidratación.
Espino Chileno (Acacia caven)
Chilco (Fuchsia magellanica) Imagen de Helena Bricio
Una vez más se pone de manifiesto cómo el mundo vegetal se relaciona entre sí, y con otras especies, y la flora nativa no es un caso menor. ¿Has podido percibir alguna vez la vida que acontece alrededor de ésta? Una de las participantes, Pam Lagos, nos comentó lo interesante que es la vida aérea y la biodiversidad que sucede cerca de los Quebrachos, ya que esta especie atrae a muchísimos insectos y aves. En esto último también es experta la Puya, ya que tal y como nos ilustró Joselin, sus flores tubulares son “el delirio de los picaflores”.
Puya (Puya chilensis). Penarc Dominio público
¡Llegamos a desenmascarar incluso cómo nos engañan algunas especies! Es el caso del Litre, la especie más abundante del bosque esclerófilo. Nos quedamos asombradas cuando Joselin nos comentó que, dependiendo del lugar en el que se encuentre, se comporta como un arbusto, con sus ramas creciendo cerca del suelo desde varios tallos, o como un árbol, con un único tallo leñoso. También conversamos sobre esa mala fama que se ha ganado por provocar urticarias, aunque Joselin nos lo desmintió explicándonos que existe un estudio que demostró que solamente algunas personas son alérgicas al Litre. Aprovechando esta información, otro de los participantes, Gonzalo, nos recordó la importancia de poner en práctica ese saber popular chileno de saludar al Litre siempre que vayamos a acercarnos a él para evitar la urticaria. ¿A qué esperas para darle los buenos días a los Litres que te rodean y comprobar si son árboles o arbustos?
Siguiendo la estela del acercamiento a la inteligencia vegetal de las plantas de la que fuimos testigos este verano, durante esta sesión también hicimos hincapié en cómo ciertos árboles nativos son capaces de expresarse. Joselin nos puso el ejemplo de algunos árboles que a pesar de ser resistentes a plagas y a enfermedades, al estresarse por otros factores no biológicos, ambientales o climáticos, se pueden volver susceptibles a factores biológicos como plagas (que en realidad son insectos) o enfermedades (que son microorganismos patógenos): “¡si el árbol está contento, [y] tiene todos sus requerimientos bien suministrados, no debería ser susceptible ni a plagas ni a enfermedades!” Por su parte, Jaquelin, una de las compañeras del club, preguntó sobre el mito de la Puya y su autocombustión, un fenómeno que demuestra cómo se expresan las plantas que nos rodean. Joselin nos aclaró que respecto a la Puya “una sola planta puede demorar hasta 12 años en florecer por primera vez y efectivamente, cuando no encuentran las condiciones para volver a florecer, […] activan un mecanismo […] interno en su metabolismo que tiene que ver con un tema de hormonas vegetales, […] y básicamente esa planta no vuelve a florecer nunca más, o sea, esa planta se seca y ya, ahí quedó […] No es que se prenda fuego a sí misma […] pero la apariencia con la que queda es como si fuese una planta que fue quemada por alguien.” ¿Has sido testigo alguna vez de este fenómeno? ¡Envíanos una foto si lo tienes documentado y lo incluiremos en este artículo!
Litre (Lithraea caustica) Penarc CC BY-SA 4.0
¿No es fascinante cómo se relaciona y expresa la flora nativa chilena? En la sesión también pusimos de relieve la importancia de incluir la flora nativa en nuestros jardines y espacios, ya que los árboles nativos tienen un follaje siempreverde, es decir, tienen hojas durante todo el año. Esta cualidad nos permite gozar de sombra y frescor en verano y además nos ayuda en las ciudades contaminadas durante los periodos de invierno, ¿quién va a limpiar el aire si solo tenemos árboles exóticos que son caducos?
La capacidad de resistencia de la gran mayoría de las especies del bosque esclerófilo frente a la contaminación se encuentra en sus hojas. Éstas son muy gruesas y porosas, lo que se traduce en su capacidad para seguir haciendo la fotosíntesis a pesar de que la contaminación se adhiera a ellas. Joselin además nos explicó que este fenómeno sucede porque en los árboles esclerófilos las estomas (las aberturas que tienen las hojas por donde sale el co2 y entra el oxígeno) “generalmente están en la parte de debajo de las hojas, en la parte posterior. Entonces la contaminación queda arriba pero la plantita sigue haciendo su fotosíntesis normal por abajo.”
Si el hecho de respirar aire limpio no crees que es suficiente para proteger la flora nativa, también conversamos sobre las capacidades de algunas especies para recuperar el terreno y los ecosistemas. El maravilloso Espino, mencionado anteriormente, es un árbol que además de ser resiliente, pertenece a la familia de las leguminosas, quienes logran atraer parte del nitrógeno del aire y llevarlo a la tierra. De esta forma, se le considera una especie nodriza, ya que es capaz de regalarle el nitrógeno del aire a otras plantas para que puedan sobrevivir. ¡Pero eso no es todo! El espino también está considerado una especie pionera, lo que significa que gracias a ser una especie muy rústica, tener un bajo requerimiento hídrico y que sus profundas raíces le permitan captar el agua desde lugares imposibles para la vista humana, es capaz de repoblar espacios hostiles afectados por condiciones extremas como inundaciones, incendios forestales o incluso erupciones volcánicas.
¿Conoces alguna especie pionera en tu entorno? Uno de mis sitios favoritos en España son las Islas Canarias, donde se puede encontrar el Pino Canario, una especie endémica que crece de forma natural en El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria. Está considerado como símbolo de la Isla de La Palma, una de las más volcánicas y que actualmente se encuentra atravesada por la erupción de uno de sus volcanes. Este súper árbol tiene la capacidad de soportar incendios y erupciones volcánicas gracias a la resina que se encuentra en su corteza, así como sus adaptaciones estructurales y funcionales, cuya combinación lo convierte en una especie única. El pino canario es capaz de rebrotar, cicatrizar tras un incendio o lesión, dispersar sus semillas para propagarse por los suelos desnudos tras erupciones volcánicas e incluso adaptarse a la sequía.
Como cierre al conversatorio, Joselin nos recordó la importancia de tener en cuenta aquellas especies más vulnerables para evitar que desaparezcan. ¿Conoces algún ejemplo que esté en peligro de extinción en tu región? Si hicieses un herbario ahora ¿qué plantas incluirías? ¿Crees que si lo hubiese hecho hace 10 años podrías haber seleccionado las mismas especies? ¡Cuéntanoslo en el próximo Club de Plantas!
¿Quieres enviarnos alguna imagen? Puedes hacerlo a mediacion.cc.chile@aecid.es
Pino Canario (Pinus canariensis). H. Zell CC BY-SA 3.0
Bibliografía
López de Heredia et al. (2016). El pino canario. Un superviviente entre volcanes. El Indiferente: Centro de Educación Ambiental Municipal, 22, 92–99.
Este artículo forma parte del Club de Plantas del CCESantiago, un espacio de encuentro y conversación mensual donde nos juntamos desde nuestras casas a compartir saberes e inquietudes en torno al mundo vegetal.
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