Recuerda. Aprende. Imprime

Transferibles: Artes en Acción: Memoria. Por Paula Mateo López

Por Paula Mateo López

 

 

¿Cuánto tiempo dedicamos a recordar el pasado? ¿Es importante mirar atrás para avanzar? Actualmente vivimos un momento extraño en el que ciertas tendencias sociales censuran parte del conocimiento del pasado, pues ciertos hechos y productos del tiempo pretérito son considerados barbáricos o inadecuados con respecto a nuestras creencias actuales. Pero si lo pensamos más detenidamente, una postura radical nos puede alejar del conocimiento que nuestros antepasados lograron. Esos libros, canciones o películas miradas con suspicacia forman parte de un pasado común que nos ha permitido evolucionar como seres humanos y como sociedad. Lo importante aquí quizá sea discernir con qué me quedo, qué merece ser recordado y examinado desde el punto de vista de hoy en día para extraer todo aquello que nos pueda servir para imprimir fuerza a un futuro mejor. 

Así que, aprovechando este espacio, me decanto fiel defensora de la idea de que “volver la vista atrás es bueno a veces; mirar hacia delante es vivir sin temor”, como decía la canción de Karina. Hay que escuchar a nuestros mayores y revolver en su memoria para aprender de sus aciertos y errores y, sin caer en la mera repetición, proyectar soluciones válidas que nos ayuden a avanzar. 

Adentrándonos ya en el baúl de la educación y revolviendo en los recuerdos, o más bien en la memoria histórica de mi país, es imprescindible hablar de las Misiones Pedagógicas. Este proyecto educativo y cultural fue puesto en marcha en España durante la Segunda República (1931-39) para llevar la educación, la cultura y el arte a las zonas rurales y a las poblaciones más desfavorecidas del país. Las misiones consistían en grupos de maestros, intelectuales, artistas y profesionales que se desplazaban a esos pueblos, democratizando así el acceso a actividades educativas, culturales y recreativas. Éstas incluían proyecciones de cine, representaciones teatrales, conciertos, conferencias, exposiciones y bibliotecas ambulantes, entre otras. Además, se impartían clases de alfabetización, se fomentaba la lectura y se promovían las actividades deportivas. 

El proyecto se inspiró en ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y de la pedagogía del momento, que destacaban la importancia de la educación integral y la extensión cultural. La ILE fue una destacada institución educativa española fundada en 1876, entre cuyos principios destacaban, por ejemplo, la educación integral para formar a individuos íntegros, fomentando tanto su desarrollo intelectual como moral, ético y emocional; el laicismo y la tolerancia; impulsar una renovación de los métodos pedagógicos tradicionales en oposición al aprendizaje memorístico y mecánico, proponiendo en su lugar una educación centrada en el estímulo del pensamiento crítico, la creatividad y la participación activa del estudiante; y, además, consideraba fundamental la experimentación y la observación directa en el proceso educativo, para lo cual se promovían salidas al campo, visitas a museos, excursiones y otras actividades que permitieran a los estudiantes aprender a través de la experiencia. Han pasado unos 150 años y seguimos hablando de lo mismo. 

Algunas de las figuras que participaron en estas misiones fueron la destacada filósofa y ensayista española María Zambrano, el dramaturgo y director de teatro español Federico García Lorca y el reconocido escultor, pintor y profesor de dibujo Rafael Pérez Contel. Zambrano fue conocida por su pensamiento humanista y su compromiso con la cultura y la educación, siendo miembro de la Generación del 27, conocido grupo de intelectuales y artistas que tuvieron un papel relevante en la vida cultural española de la época. Por su parte, Federico García Lorca impulsó el proyecto de La Barraca con el objetivo de acercar el teatro a las zonas rurales. Para ello, los estudiantes-actores montaban escenarios improvisados al aire libre y representaban obras clásicas para el público local.

En cuanto a Rafael Pérez Contel, ha sido caso de estudio para una tesis doctoral en la que se investiga la importancia que tuvo su labor en la Educación Artística. Fue pintor, escultor y cartelista valenciano, y participó de las Misiones Pedagógicas tras verse obligado a abandonar la docencia en la escuela pública con el estallido de la Guerra Civil. Sin embargo, en 1950 aprobó unas nuevas oposiciones y obtuvo una plaza como profesor de dibujo técnico, desarrollando dicha labor durante más de 25 años. Fiel defensor del grabado como medio artístico para que los jóvenes pudieran expresarse de forma gráfica, incluyó en sus clases el estudio de la técnica de esta disciplina como aporte personal, saltándose lo que en aquel entonces era el currículo educativo. Pero esto parecía no ser suficiente para Pérez Contel, y decidió publicar los trabajos escolares de sus alumnos en libros, catálogos o revistas para valorar la creatividad y el esfuerzo del trabajo bien hecho. Logró, incluso, que esas obras escolares compusieran la parte central de un libro sobre la didáctica de las artes visuales. 

Y, por si fuera poco, las clases de este artista y docente no se limitaron ni a su asignatura, como hemos mencionado, ni al espacio del aula. Fomentó diversas actividades curriculares y extracurriculares, como salidas y excursiones de investigación del patrimonio arqueológico de la región, o la incorporación de la música y los juegos infantiles en su labor pedagógica. Estas acciones creativas pueden considerarse toda una hazaña, ya que promover estas actividades en dictadura podía entenderse como un acto de rebeldía. 

Con todo esto, Rafael Pérez Contel contribuyó a la difusión de la cultura y la Educación Artística ayudando a modernizar los enfoques de ésta en España, siendo un profesor precursor de lo que más tarde serían las especialidades artísticas en bachillerato. Sin duda, una persona que merece un espacio en nuestra memoria.

 

​​“El arte es la piedra de toque de la cultura de una época y de un pueblo, y puede medirse por la comprensión del arte del momento en que se vive. El arte es también un medio educativo del que no podemos prescindir en los planes de la educación general de los hombres de mañana”. 

(Contel, 1966:4)

 

 

 

Escuchar el podcast: Transferibles Artes en acción, capítulo 5


Este artículo forma parte del Podcast Transferibles Artes en acción un proyecto del programa de Educación Artística del CCESantiago que tiene como objetivo divulgar proyectos, buenas prácticas y metodologías innovadoras en el ámbito de la educación artística de Chile y España. 

 

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