CoRЯespondencias es un proyecto de mediación cultural, en el que se comparten experiencias de 15 mediadores de España y Chile a través del intercambio epistolar.
Semanalmente publicaremos una carta hasta el 21 de junio.
Fecha
Del 17 al 23 de mayo de 2021.
Hola, colectivo CAPUT (Camilo y Loreto, si hay otr@ integrante del colectivo pido disculpas por no mencionarl@):
¿Les ha pasado que escriben como tres cartas en su mente? Si le das el tiempo suficiente, cada párrafo tiene una versión B y C (o X, mejor). Y una de esas cartas es súper honesta; tan honesta que se vuelve mentira también… y te confunden las emociones que brotan por una invitación así. ¿Quién escribe?, ¿la prestadora de servicios de mediación o la persona que disfruta de escribir cartas? ß ¡Así quería comenzar!, pero después revisé la estructura de una carta y decidí que comenzaría así:
¿Cómo han estado? No nos vemos desde aquellos breves encuentros virtuales del año pasado. El tiempo es engañoso, confieso con harta pena, ya que llevamos más de un año en esta crisis sanitaria. Le he dado hartas vueltas a esta carta dirigida a Uds., y leída por vari@s… Temo no estar a la altura del desafío.
Yo disfruto mucho escribiendo cartas, llevo años escribiéndolas, principalmente a mí misma, y son instancias bien honestas, un momento de detención para aterrizar ideas y jugar con otras que aún rebotan sin encontrar una resolución estable. Haré lo posible por que esta no sea la excepción, ya que aún tengo muchas preguntas sobre la mediación artístico-cultural, y ¿por qué no jugar con ellas?
Siguiendo el carteo, les cuento que hace unas semanas recibí la carta de Jordi Ferreiro (Jordi: gracias por el collage, ¡me gustó un montón!) y dos cosas se quedaron conmigo: la idea de la esquizofrenia (razón por la que me dejo confundir tanto por estas invitaciones) y la idea de enraizarse o “echar raíces/reconocerlas/encontrarlas/colectivizarlas”.
Entonces, cuando menciona la esquizofrenia para referirse a los… ¡espera! ¿Para qué intentarlo cuando a él le quedó tan bien?
Y si ese caos, que llama esquizofrénico, es confuso (tal como mencionaba al comienzo de esta carta), a las personas que participan de visitas mediadas o proyectos más extensos de mediación, ¿les resultará confuso también? A veces sospecho que a las personas con las que hemos tenido la fortuna de compartir, les pedimos mucho, que tengan cierta confianza en una, como persona, y… al mismo tiempo, ¿también les pedimos que tengan confianza en la institución o en el organigrama que ampara ese momento?, ¿cuáles son los límites del rol de mediador@?, ¿es un tema de tiempo?, ¿de voluntades?
Les cuento que ya llevo un poco más de 3 años trabajando en el área de Mediación de Centex, y siempre estoy un poco inquieta frente a preguntas sobre la confianza y los tiempos: ¿qué tipo?, ¿cómo y cuánto tiempo?, ¿para generar qué tipo de vínculo de confianza? Aquí y en otros espacios muy personales me pasa que siento que… pienso que… tartamudeo hasta que… ¡necesitan de tiempo! No poco tiempo, TIEMPO.
No me refiero a tiempo para atascarse en burocracias (que no es lo mismo que mecanismos de evaluación que definan la pertinencia de una actividad), sino tiempo para conocernos, para posicionarnos y enraizarnos junto a otr@s. Hay palabras que me rondan, como la pertinencia. Si perteneces a un lugar, ¿tienes más conocimiento sobre lo que es pertinente en ese espacio? ¿O se refiere a ser más bien partícipe de ese lugar?
*Jordi parecía creer que, si los espacios culturales no se enraízan, nadie los echaría de menos; es decir, ¿que no serían pertinentes?
En el área de Mediación de Centex hemos experimentado con diferentes tiempos para compartir y facilitar espacios de reflexión. Alguna vez lo llamamos visitas guiadas (40 minutos), luego tornó en una visita mediada (90 minutos); y a partir de ese momento, las instancias de mediación fueron brotando en diferentes iniciativas, como proyectos transversales (3 a 6 meses) o líneas de formación (3 meses). Actualmente, la mayoría de estas experiencias han tomado formatos virtuales de extensiones virales* (3 a 5 minutos) o series de diversos encuentros, también virtuales, que sean tolerables frente a una pantalla (ojalá no pasar de los 40 minutos, ¿o no?).
(*Virales: dícese de un formato accesible o fácil de viralizar en el mundo virtual. Adaptable a múltiples plataformas y de corta duración.)
Paréntesis del paréntesis: ¡qué curioso cómo vamos interiorizándonos en ese espacio virtual!, ¿no? ¿Cuánto tiempo les tomó aprender que debían apagar el micrófono cuando no estaban hablando? ¿O chequear que están siendo escuchados antes de comenzar una transmisión? ¿Colocar un fondo de pantalla? ¿Sugerir el uso de audífonos? ¿Han mejorado sus herramientas de edición de videos, virales por supuesto?
Hace unos años leí un informe de economía feminista que decía que en esta época vendemos más de nuestro tiempo al mundo laboral; en su minuto lo planteaba en el marco del tiempo doméstico y el trabajo no remunerado. Y desde ahí surge mi pregunta: ¿Cuánto tiempo tenemos realmente? ¿Y cuánto de este tiempo nos pertenece? En lo personal esta pregunta tomó más relevancia ahora, cuando el espacio laboral y doméstico, que ya estaban bien difusos por un centenar de motivos, se vuelven indistintos (¿o ya lo eran?) ¿Cuánt@s habremos estado preparando arroz mientras escribimos nuestras cartas o respondemos correos?
Frente a los límites que debemos dialogar en esta labor, me parece que los procesos se están tornando cada vez más orgánicos y los tiempos que les destinamos son solo cuantificables al momento de reportar indicadores, pero estos no abordan la vida de un proceso de vinculación o, en otras palabras, el tiempo que toma “echar raíces”, conocernos y reconocernos en un territorio común.
Si nuestro encuadre común, o lo que nos convoca, es el ejercicio de la mediación artístico-cultural, entonces cierro agradeciendo el espacio para plantear caóticamente las preguntas anteriores y espero ansiosa el desarrollo de este espacio, junto con muchas otras instancias que están brotando para que pensemos y dudemos junt@s, y, ¿por qué no, desde una dimensión relacional y empática?
Muchas gracias por leerme y mis disculpas por el desorden ¡CAPUT!*
Es una expresión especializada que se utiliza para indicar que algo tuvo un fin por decisión de alguien. Por ejemplo, había un proyecto muy importante y ¡caput!
Valparaíso, 1986.
Licenciada en Artes Visuales y Pedagogía – Diplomado de Educación Popular y Sicología Comunitaria. Actualmente coordinadora del área de mediación artística de CENTEX – Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio en Valparaíso. Trabajo en el área de mediación hace mas de 3 años, me interesan los procesos de colaboración y construcción comunitaria. Provengo del mundo de las artes visuales, por años participé de iniciativas autogestionada, residencias multidisciplinares y trabajé como profesora de artes.
CoRЯespondencias es un proyecto de mediación cultural, en el que se comparten experiencias de 15 mediadores de España y Chile a través del intercambio epistolar.
Semanalmente publicaremos una carta hasta el 21 de junio.
Más información:
Imagen Simón Catalán
Más actividades
Relacionados